
El fotógrafo Oded Balilty nació en Jerusalén, el año 1979, donde reside actualmente. Aprendió las nociones básicas del fotoperiodismo trabajando para la revista de la Defensa Israelí. Después de completar el servicio militar, trabajó como fotógrafo para la agencia ZOOM 77 y en el diario Yedioth Ahranot. En 2002 la Associated Press lo fichó para su personal de foto en Jerusalén.
Además de conflictos israelíes-palestinos, Balilty ha cubierto las elecciones 2004 en Ucrania y la manifestación consecuente, el 20 aniversario del accidente nuclear en Chernóbil, y la guerra entre Israel y Hezbollah en 2006.
Después de 10 años de tomar fotos en Israel, la foto que tomo en Amona le ha merecido casi todos los premios de fotografía, incluyendo el concurso del World Press Photo y el premio de Sigma Chi de la Sociedad de Periodistas Profesionales. Balilty recuerda el día que tomó la foto. "Estábamos allí durante 30 horas seguidas y pasamos la noche anterior en el lugar. El día anterior, habíamos tomado fotos de las preparaciones. Sabíamos que iba a ser una evacuación violenta y una verdadera lucha y que la furia de los asentamientos, que habían mantenido bajo control durante la etapa previa, iba a salir en grande."
La foto en cuestión nos muestra a una colona judía luchando en solitario contra las fuerzas de seguridad israelíes durante el desalojo del asentamiento de Amona en Cisjordania.
Desde el punto de vista técnico y estético podemos decir que es una foto casi perfecta. La utilización de varias de las reglas de la composición dan a la imagen un dinamismo que se complementa con la expresión de la chica. En primer lugar, tenemos una diagonal que corta la foto, que además de dirigirnos la mirada hacia el punto de interés, corta la foto añadiendo profundidad. En segundo lugar, la regla de los tercios nos deja el equilibrio del horizonte, que queda hacia el tercio superior de la foto, y coloca a la chica en la esquina inferior derecha. También hay que destacar la gran profundidad de campo de la foto, con lo que podemos apreciar perfectamente los detalles más alejados, como es la última fila de guardias y las columnas de humo, que dotan de dramatismo a la escena.
Desde el punto de vista de la ética y el periodismo, esta foto ha suscitado diferentes reacciones. Unos dicen que el hecho de mostrar a una mujer enfrentándose a toda una tropa de soldados israelíes es mostrar tendencia de cierto partidismo. Por no hablar de la discusión de si es justo o no el gesto de las fuerzas de seguridad, dejando en ridículo la acción de una sola mujer.
En realidad, no me parece que el partidismo esté implícito en esta fotografía. Balilty sabía que esta foto traería controversias y discusiones, pero su visión radica en que captó un gesto más humano que político. En realidad, podría darnos igual si esta foto hubiera sido tomada en cualquier otro conflicto del mundo. Al fin y al cabo, todos tienen dos bandos enfrentados. La peculiaridad de esta foto es que aquí vemos, aparte de lo bandos, un gesto humano de sacrificio y desesperación individua frente a una masa implacable cumpliendo una orden. No son los uniformes lo que nos importan, sino el gesto de la mujer judía, una expresión que nos enseña claramente cuál es el grado de desesperación a la que llega por no querer abandonar esas tierras. Es la captación por parte del fotógrafo de un momento único, algo así como el instante preciso de las fotografías de Cartier-Bresson, sólo que en momentos de conflicto. Es básicamente la plasmación de un sentimiento a través de una expresión en una imagen.
En una entrevista concedida a la BBC, Oded Balilty decía “…la cúspide de mi carrera será cuando tenga algún día una foto que cambie algo”.
Esa meta de cambiar las cosas es lo que mueve a todo periodista que haya cubierto un conflicto desde primera línea. En el caso de Balilty, las imágenes que nos muestra suelen estar llenas de lirismo, con composiciones casi estudiadas que dotan de gran belleza a paisajes desolados por la guerra. Es quizás esta una de las mayores características de su obra, así como la de que no tiende a mostrar imágenes de sangre, desgraciadamente las más fáciles de tomar en los lugares en los que ha trabajado.
Esto es lo que más me ha llamado la atención de las fotos de Balilty, teniendo en cuenta la forma en que la mayoría de profesionales de hoy en día “llaman la atención”. Nos demuestra así que también un fotoperiodista es capaz de llamar la atención con una foto en la que no se muestran cuerpos mutilados. Con sangre sólo se enseña el horror; con fotografías como la de la judía contra las tropas israelíes (comparad en algunos medios con la escena de David contra Goliat), Balilty nos enseña que el poder del significado es también muy grande.